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hilando recuerdos

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Juegos que jugaban los niños de antaño

 

Antes que se pierda la memoria

 

Muchos de los juegos que hemos ido rescatando a lo largo de estos años de vida de Periódico Cultural Hilado recuerdo estaban unidos a los recreos de la escuela. Y todos ellos suponían una población infantil numerosa.

Hace falta tiempo (y memoria en algunos casos) para poner por escrito las normas que los regulaban. Pero es nuestra intención ir completando y desarrollando esta relación con la ayuda de quienes quieran prestarla.

Hay que comprender que el juguete representa un material de alto valor psicológico, pedagógico y social que permite la incorporación y relación del niño al mundo que lo circunda. A través del juguete, el niño toma posición frente al mundo que lo rodea, despierta curiosidad en él para conocerlo, actúa sobre él, construye, destruye, en definitiva se relaciona con el mundo cotidiano y aprende a conocerlo. Y por ende forja su identidad. Es por esto que, entendiendo los juegos que jugaban los abuelos, podemos entender su idiosincrasia y, en parte, su visión actual de la vida.

 

El elástico

 

El entretenimiento, hoy prácticamente en desuso, tuvo su apogeo entre los años sesenta y setenta, y su escenario preferido era el patio de la escuela. En los recreos el elástico pasaba del bolsillo del guardapolvo a meterse entre los pies dispuestos a jugar.
Participaban tres personas, mientras dos de ellas sostenían el elástico en sus tobillos, la tercera saltaba.

El objetivo era no engancharse ni tropezar, porque el error costaba perder el turno y dar lugar, a que otra concursante demostrara sus habilidades para el salto.
El pasatiempo tenía una dificultad: a medida que las participantes ganaban, el elástico iba tomando altura, subiendo de los tobillos a las rodillas y de allí, sucesivamente, a las caderas, la cintura, las axilas y el cuello.

Así, había variantes. Por ejemplo, en una de ellas, el elástico era mantenido tenso con una sola pierna por dos chicas, de modo que el espacio para saltar se hacía más angosto, e iba subiendo; cuando llegaba a la cintura, las chicas lo mantenían tenso poniéndose de perfil, mientras la tercera participante efectuaba los saltos.

Se consagraba ganador quien lograba saltar más alto, sin equivocarse. Para acceder al primer puesto se necesitaba cierta destreza y buen estado físico. Sin embargo, para jugar alcanzaba con las ganas.

 

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Para pensar

 

Adivinanzas sobre la familia

 

Duerme bien en su cunita
a veces es un llorón,
pero también se sonríe
tomando su biberón.


(El bebé)

 

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Chiquitín y danzarín,
pasa las noches rondando
con lanza y con cornetín.


(El mosquito)

 

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Todo el mundo lo lleva, 
todo el mundo lo tiene, 
porque a todos les dan uno 
en cuanto al mundo vienen. 


(El nombre)

 

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Come por el lomito,
destila por el piquito.

 

(La pava)

 

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Un relato con grados de picardía

 

La historia de los veinte deditos

 

Esta es la historia de veinte deditos (diez más diez) que se conocieron una tarde y entablaron una entrañable amistad y hablaron de todo, de lo humano y de lo divino. Por hablar, hablaron hasta de política...

 

Esta es la historia de veinte deditos

que se hicieron amiguitos

y jugaron un ratito

y corrieron y corrieron…

y gritaron y gritaron…

y como estaban cansaditos

se quedaron dormiditos.

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