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hilando recuerdos

Página 15

A la memoria de Don José Bohn

 

Un hombre que merece de ser recordado

 

Don José Bohn nació en el año 1897. Los documentos del Registro Civil indican que era “natural de Rusia”, como estilaban escribir los funcionarios en las actas de casamiento y defunción en los años fundacionales de los pueblos alemanes, sin tener en cuenta de qué lugar de ese país provenían. También revelan que era hijo de Ana María Stremel y Jorge Bohn.

 

Don José Bohn desarrolló su vida entre Pueblo Santa María, donde tenía su residencia, y una chacra de su propiedad, la cual trabajó e hizo producir, fiel a la capacidad de crecimiento de todos los alemanes del Volga, que supieron progresar en esta tierra argentina que les abrió la puerta a la libertad.

Cultivó la tierra, labró su destino y una existencia basada en férreos principios morales, cuyos pilares eran Dios y una conducta social intachable.

El 15 de octubre de 1918 contrajo enlace matrimonial en la Iglesia Natividad de María Santísima, con Placentina Andes, hija de Elisabeth Schamberger y Jorge Andes, quien le regaló la dicha ser padre de 8 hijos: Blandina casada con José Streitenberger –que tuvieron 7 hijos-, Agustín con Nélida Besler – 4 hijos-, José con Plasentina Dornes -2 hijos-, Elisa (fallecida a los 7 años), Adán con Angélica Besler -2 hijos-, Amalia con José Dornes -5 hijos-, Ricardo con Graciana Dornes -3 hijos- y Guillermina con Ricardo Beier -4 hijos.

Una felicidad que duró pocos años. Porque en 1937 muere su esposa con apenas 35 años.

Fue una época difícil para Don José. Viudo y con 8 hijos. Una situación nada sencilla de afrontar. Por lo que fue menester comenzar de nuevo. Y es así como el 12 de octubre de 1939 contrae matrimonio con María Hipperdinger, hija de Juan Hipperdinger y Apolonia Heder; de cuya unión nacen 3 hijos: Josefina casada con Bernardo Beier –que tuvieron 4 hijos- , Graciano –soltero- y Luis con Irma Maier -2 hijos.

Habiendo hecho su vida y cristalizado sus sueños, en 1960, Don José Bohn entrega su existencia a Dios: fallece con sólo 63 años.

Su segunda esposa fallece en 1977.

De todos sus hijos, actualmente viven solamente cuatro: Amalia, Ricardo, Guillermina y Josefina. Y de los yernos y nueras, dos: Bernardo e Irma. Los demás ya han fallecido todos.

Don José legó a la posteridad una existencia digna, ejemplos para imitar, y una familia pródiga: varios hijos que continuaron la descendencia con numerosos nietos y bisnietos. Este rescate histórico era necesario como acto de justicia, homenaje y recuerdo permanente.

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