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Historias de frases famosas
No querer más lolas
Lola era una marca argentina de galletitas de principio de siglo XX, famosas por el cuidado puesto en su elaboración, llevada a cabo con los mejores ingredientes y sin ningún tipo de agregado artificial, lo que las convirtió en las preferidas de los grandes médicos especialistas que las recomendaban para la inclusión en las dietas de sus pacientes, sobre todo los que no podían ingerir alimentos convencionales. Tanto fue así, que en los sanatorios, clínicas y hospitales comenzaron a incluirlas en la alimentación de enfermos de toda clase.
Cuenta la tradición que, estando de visita alguien en un sanatorio de la ciudad de Buenos Aires y mientras recorría junto a un amigo las instalaciones del nosocomio, fue a dar a la puerta de la morgue, de donde precisamente salía un enfermero empujando una camilla que portaba un cadáver.
Ante tal escena, el visitante, luego de mirar pasar al macabro cargamento, giró, miró a su ocasional acompañante y le dijo: “Ése no quiere más Lola”, aludiendo obviamente a la condición del muerto, que ya no comería ni esa ni ninguna otra marca de galletitas. Con el tiempo, la expresión vino a significar que alguien desiste en su intento por alcanzar un logro que se le presenta inaccesible o, lisa y llanamente, abandona una tarea.
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¿Creer o reventar? Las supersticiones y creencias populares más difundidas
Décima sexta parte
Tirar de las orejas como felicitación
La oreja es objeto de numerosos simbolismos entre las civilizaciones orientales y africanas: representa desde la inteligencia cósmica del mito hindú de Vaishvánara, hasta la sexualidad para las tribus dogon y bambara, de Malí. Curiosamente, entre los chinos, las orejas largas son signo de sabiduría e inmortalidad. Se dice que las orejas de Lao-tse medían unos 17 centímetros. Se apodaba, además, orejas largas.
Muy probablemente, nosotros hemos heredado de alguna forma esta costumbre supersticiosa. Tirando de las orejas, manifestamos el deseo de que la persona felicitada tenga larga vida y adquiera cada vez mayor sabiduría.
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Poner la mano delante de la boca al bostezar
Las supersticiones relacionadas con los bostezos hacen alusión a la boca humana como una posible vía de entrada para que el diablo tomara posesión de la persona.
Cuando se bosteza existe la costumbre de taparse la boca. Esta costumbre, aparte de la buena educación, proviene que antiguamente la gente hacía la señal de la cruz sobre la boca para evitar que durante el tiempo que duraba el bostezo el diablo pudiera meterse en el cuerpo. De ahí el refrán: "Por puerta abierta, el diablo se cuela".
Se cree que si dos personas bostezan a la vez tendrán alguna coincidencia en sus vidas. Y si dos personas bostezan, una después de la otra, la última que ha bostezado tiene buenas intenciones respecto de la primera.
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