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hilando recuerdos

Desde el alma I

Nada es lo que se esperaba

 La tarde suspira en sombras

dormida entre los árboles

de la colonia entrañable,

donde antaño se alzaron

sueños de libertad y progreso.

 

Nada es lo que fue

ni nada será cómo se esperaba:

las ilusiones son otras,

más materialistas,

más terrenales y vacías.

 

Como son otros los hombres

que se quedaron

y no se atrevieron a partir

y los que partieron

y no pueden regresar.

 

No hay Dios en las alturas

ni próceres en la tierra.

Sólo se reza a un rey

y se rinde honores a una reina:

consumismo y envidia.

Julio César Melchior

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