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La estupidez humana no tiene fin
Algunas de las muertes más absurdas de la historia
Primer parte
Todos sabemos que la muerte puede llegarnos en el momento menos esperado. Periódico Cultural Hilando recuerdos encontró este listado por casualidad. Se trata de algunas de las muertes más absurdas que hayan ocurrido en la historia.
Muerte por postre
El rey Adolfo Federico de Suecia amaba comer y murió por ello. Conocido como “El rey que comió hasta morir”, falleció en 1771 a la edad de 61 años a causa de un problema digestivo luego de comer una cena gigantesca consistente de langosta, caviar, chucrut, sopa de repollo, ciervo ahumado, champaña y catorce platos de su postre preferido: un relleno de mazapán y leche.
Muerte por bufanda
La madre de la danza moderna, Isadora Duncan, murió a causa de una bufanda que le encantaba usar. Escribió el New York Times en su obituario del 15 de septiembre de 1927: “El automóvil estaba yendo a toda velocidad cuando la bufanda de seda se enganchó en la rueda y arrastró con terrible fuerza a la señorita Duncan, precipitándola con violencia contra la calle. Fue arrastrada durante varios metros hasta que el chofer se detuvo, a causa de los gritos que venían de la calle. Se reclamó ayuda médica, pero quedó probado que se estranguló y murió instantáneamente”.
Muerte por suicidio durante un noticiero en vivo
Christine Chubbuck fue la primera y única presentadora de noticiero en suicidarse durante un programa en vivo. El 15 de julio de 1974, a los ocho minutos de programa, la deprimida reportera dijo: “Para mantener la política del canal 40 de traerles lo último en materia de sangre y entrañas, y a todo color, aquí tienen otra primicia: un intento de suicidio”. Y a continuación, Chubbuck sacó un revólver y se disparó en la cabeza.
Y ésta última se lleva todos los premios…
En Zabolotye, Ucrania, en junio de 1988, se dio entierro a un hombre que había muerto envenenado tras beber un licor adquirido en el mercado negro; por desgracia alguien tuvo la pésima idea de servir el mismo licor en las exequias, falleciendo 10 personas más entre las que asistieron al mencionado funeral.
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Kamelos no es lo mismo que camellos
Pequeño problema en la traducción
En el Nuevo Testamento en el libro de San Mateo dice que "Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja a que un rico entre al Reino de los Cielos". El problemita es que San Jerónimo, el traductor del texto, interpretó la palabra Kamelos como camello, cuando en realidad en griego Kamelos es aquella soga gruesa con la que se amarran los barcos a los muelles. En definitiva el sentido de la frase es el mismo, pero... ¿cuál les parece más coherente?
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