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La colonización alemana del Volga en Coronel Suárez

Investigación especial XI

“El 24 de septiembre de 1885 arriba al puerto de Buenos Aires el vapor “Strasburg”, de la compañía F. Miller, con un grupo de familias procedentes de aldeas de la colonización del bajo Volga, que se dirigen a Colonia Hinojo, Olavarría. Pero sólo permanecieron allí alrededor de un año y medio, pues ya no quedaban tierras disponibles para instalarse definitivamente. Ante esta dificultad, el párroco de Colonia Hinojo, Padre Luis Serbet, viajó al sur de la provincia de Buenos Aires para iniciar negociaciones con el Sr. Eduardo Casey, que poseía 300.000 hectáreas de campo virgen en un paraje denominado Sauce Corto. Logrado el acuerdo estas familias parten de la localidad costeando el recientemente inaugurado riel del Ferrocarril del Sud, rumbo a la Estación Sauce Corto, donde tras algunos conflictos fundan semanas después tres localidades”.

Introducción

“Eduardo Casey había formado una compañía con aporte de ca­pitales ingleses, adquiriendo en 1882 las 100 leguas de la con­cesión del coronel Ángel Plaza Montero, en Curunalán, cerca de Bahía Blanca”, refiere Olga Weyne en su libro “El último puerto”.

En su en su tesis de posgrado publicada en 1987, la investigadora sostiene que “como sus socios consideraron imposibles las condiciones de poblamiento y cultivo del lugar, decidió encararlas por cuenta propia. Así, formó la Curumalán S. A., cuya mayoría accionaria le pertenecía y organizó un establecimiento para perfeccionar ganado caballar, al mismo tiempo, pensó instalar en la zona 60 familias de agricultores europeos”.

A fines de 1884, por su iniciativa, llegaron hasta Bahía Blanca los rieles del ferrocarril del Sud y tiempo antes había sido construida la estación de Coronel Suárez, que estaba a punto de ser fundada como cabeza de partido. Era, en conse­cuencia, un lugar aún prácticamente deshabitado, ocupado sólo por alguna que otra ranchería.

Los alemanes del Volga

El padre Servett decide viajar al sur con una comisión de vecinos de Hinojo. Después de conversaciones con repre­sentantes de la compañía, se les pidió considerar una interesante propuesta: aceptar las subdivisiones de urbanización ya trazadas para la ciudad a la vera del ferrocarril en la misma planta urbana de la actual Coronel Suárez. Lógicamente, ninguna de estas dos propuestas correspondía a su esquema tradicional de poblamiento. En este caso, agrava­ba la situación el hecho de que la ciudad estaría construida a la vera del ferrocarril, lo que significaba una proximidad "pe­ligrosa" con las novedades modernas que llegarían de las otras ciudades.

Sencillamente, rechazaron la oferta ante el asombro y to­tal perplejidad de los administradores de la Curumalán.

Dada la situación, debieron ser instaladas en carpas en la estación misma, hasta que el gobierno provincial resolviese el problema.

Después de 45 días llegó la respuesta: se los autorizaba para crear colonias granjeras pero no pueblos, lo que implica­ba que no podía haber cuadras urbanizadas. En los hechos, las autoridades terminaron por aceptar el diseño impuesto a las plantas de las aldeas por los futuros pobladores, interpretan­do que se ajustaban a la ley.

Todavía en el presente subsiste su diseño: una calle céntrica de 50 m de ancho, dividiendo los lotes enfrentados de los colonos. Los que llegaron posteriormente o los descendientes, fueron poco a poco instalándose en calles paralelas.

Pueblo Santa Trinidad

Se estima que los fundadores de Pueblo Santa Trinidad arribaron al lugar en septiembre de 1886, seis meses antes que los de los otros dos pueblos, porque venían acompañando al padre Servett en el reconocimiento de los campos y a mantener contactos con los administradores de la Curumalán. Solamente permanecieron aquí lo suficiente para sembrar algunas hectáreas de maíz. Culminado el trabajo retornaron a Hinojo para levantar la cosecha de trigo, regresando en 1887, con la expedición definitiva que fundaría los tres pueblos en el distrito de Coronel Suárez.

Pueblo San José

El 13 de abril de 1887 se fundó Pueblo San José y los colonos comienzan a consagrarse al trabajo diario de establecer una comunidad con un desarrollo cultural y social de primer nivel. Construyen una iglesia que por su belleza y magnitud es conocida como “un monumento a la fe” y ha adquirido renombre nacional. Esta obra de arte es considerada como una de las iglesias más hermosas de la provincia de Buenos Aires.

Pueblo Santa María

Pueblo Santa María fue fundado el 11 de Mayo de 1887. La memoria colectiva rememora que los primeros colonos habían mensurado solares ubicados en cercanías del arroyo Sauce Corto y que una creciente del cauce de agua les demostró que se encontraban en una zona proclive a inundaciones periódicas. Por lo que decidieron trasladarse unos quinientos metros más allá del lugar, sobre una loma de piedra. Allí edificaron sus casitas de adobe y erigieron una nueva localidad.

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