Colaboración de Rosalía Bender
Días felices
Los recuerdos más bellos de mi infancia tienen que ver con las soleadas tardes de sol en el patio de mi casa, con el inmenso sauce del cual pendía la hamaca firmemente amarrada por papá. Con la casa de mis abuelas, una con un parque hermoso, florido y su infaltable gallinero al fondo.
Los recuerdos de infancia llegan a mí con las peleas, travesuras y complicidades con mis hermanos; con la espera de mi abuelo en la esquina de la escuela; con las suaves manos de mamá al ayudarme a vestirme después del baño; con los juegos eternos en las calles o las casas de mis amigas; con los domingos de misa.
Tuve una infancia muy feliz. Se la debo a los mayores que pusieron todo el amor y sabiduría para que así fuera. Y a Dios que veló por ella.
Y hoy, aunque esté lejos de las colonias, aún la recuerdo, cada día con más nostalgia y melancolía. Periódico Cultural Hilando recuerdos es un gran compañero y me ayuda a mitigar tanto desasosiego y me permite rememorar aquellos lejanos años en que fui tan pero tan feliz.
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